Personal Cámara Mínimo en cine independiente

PERSONAL CÁMARA CINE INDEPENDIENTE

Hace poco terminé el rodaje de una película independiente que tuvo lugar en Marruecos a la que me invitó a participar un operador con el que ya he colaborado en 2 largometrajes...

Fabio Giolitti
Actualizado: 23/10/2024 1186
Personal Cámara Mínimo en cine independiente
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PERSONAL CÁMARA MÍNIMO EN CINE INDEPENDIENTE

PERSONAL CÁMARA EN LARGOMETRAJE INDEPENDIENTE

Hace poco terminé el rodaje de una película independiente que tuvo lugar en Marruecos a la que me invitó a participar un operador de cámara con el que ya he colaborado en 2 películas, siendo esta la tercera. Ya desde el primer contacto con producción estaba claro que el presupuesto era muy reducido y que sería necesario optimizar al máximo todos los recursos para conseguir desarrollar con éxito el proyecto, dentro de los tiempos establecidos y respetando los horarios de trabajos pactados antes de empezar el rodaje. Como siempre hago, ayudé el director de fotografía en la elaboración de la lista de cámara, intentando que tuviéramos todo lo necesario, dejando a un lado lo que podía ser prescindible y confiando en producción para que consiguiera lo máximo posible de la casa de alquiler.

Durante este proceso no había caído en algunos de los aspectos que nos acompañarían a lo largo del rodaje (en parte porque los tiempos de preparación habían sido demasiado ajustados y había mucha información que desconocía) así que ahora que he vuelto quería compartir lo que he aprendido de la experiencia.

Si hablamos exquisitamente de la parte relativa al material de cámara, me di cuenta de que hay una serie de accesorios que, como tienen un precio por día mas elevado con respecto a otros, se consideran “artículos de lujo” cuando paradójicamente (o no) es precisamente en producciones de menos envergadura que resultan mas útiles cuando no imprescindibles.

Pero vayamos a ejemplos concretos:

a) Un buen mando de foco inalámbrico. Si es cierto que su precio por día, comparado con el de un follow focus manual es increíblemente mas alto, hay que tener en cuenta varios elementos además del precio. Si nos enfrentamos a una producción independiente es muy probable que vayamos a rodar en localizaciones reales, ya sea por explícita elección de dirección/fotografía/arte o por limitaciones relativas a diversos elementos de dicha producción. Eso quiere decir que muchos de los sitios donde tendremos que desarrollar nuestro trabajo no estarán preparados para que tengamos una movilidad óptima, sino que habrá barreras arquitectónicas, puertas estrechas, escalones etc. O sea, mas allá de la “comodidad” del ayudante de cámara, se podrán dar situaciones en las que será físicamente imposible para el ayudante estar al lado de la cámara, ya sea por temas de movimiento, paso por puertas/lugares estrechos etc. Os pondré un ejemplo concreto. Un día estábamos rodando en un cyber café y lo que filmábamos era el plano inicial de la secuencia, donde la cámara en mano seguía al personaje subiendo unas escaleras, luego le dejaba alejarse hasta el mostrador y finalmente con una panorámica de 270 grados le acompañaba hasta el ordenador donde se sentaba. Como algunos probablemente ya habrán intuido, había un momento donde me tenía que cambiar de lado, por supuesto sin aparecer en cámara. Además, daba la casualidad que era justamente el momento donde el personaje se acercaba hasta menos de un metro de cámara y donde por ende el foco era mas crítico. En ese caso apañamos como pudimos, pero estaba muy claro que con un mando de foco inalámbrico habríamos podido conseguir que la toma fuera perfecta, incluso con menos intentos. Otra ocasión fue una secuencia de acción donde unos antidisturbios venían a desalojar una casa ocupada y obviamente la cámara estaba en el medio del meollo. En esta situación también, eché muchísimo de menos un mando de foco inalámbrico, ya que en la batalla había muchos momento en los que no veía ni las escalas de la óptica, ni las que había replicado en los aros blancos del mando de foco, así que solo podía confiar en la memoria física de mi muñeca, cosa que no tiene los niveles de precisión requeridos en estas situaciones.

b) Radiofrecuencia inalámbrica. El discurso es un poco el mismo del mando de foco, con el matiz que este accesorio es capaz si cabe de hacer ahorrar a la producción aún mas tiempo, ya que da al director la posibilidad de ver SIEMPRE la toma en directo y decidir si es buena, si hay partes que se puedan usar en montaje o si hay que cortarla antes de que se desarrolle la acción porque hay algo que no le convence. Si hablamos de aspectos técnicos, como roces de foco, boom en cuadro o figurantes mirando a cámara es obvio que este papel puede ser desarrollado sin problema por el segundo operador previa autorización del director y del director de fotografía (en el caso de que no sea el mismo segundo operador), pero hay, sin embargo, otros aspectos que solo el director puede juzgar o dar por buenos. La dinámica de trabajo que teníamos en los casos en que no era físicamente posible dar señal a dirección con el cable era, al final de cada toma que el operador consideraba buena, hacer un playback en el monitor grande. Obviamente, esta es una solución, pero tanto desde un punto de vista de los tiempos de rodaje, como de la concentración del equipo puede llegar a constituir un problema, ya que se adopta generalmente para planos largo y/o planos secuencias y entonces después de cada toma hay un parón de varios minutos que puede influir negativamente tanto en el plan de rodaje como en la performance de los profesionales implicados en el plano. 

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c) La cámara más acta para ese proyecto. En la fase de preproducción, mientras sobre la elección de las ópticas no había habido ninguna duda en optar por un juego de Zeiss Ultraprime, se había barajado la posibilidad de usar una Arri Amira, aunque finalmente se decidió (afortunadamente, me atrevo a decir) rodar con una Alexa Mini. Y a lo largo del rodaje llegué a darme cuenta de que muchísimas de las situaciones en las que nos encontramos no habrían podido fisicamente ser rodadas con una cámara mas grande de la que usamos. Por ejemplo, en una escena se hizo necesario colocar la cámara en el salpicadero del coche mirando hacia los asientos de los pasajeros. Y el coche desde luego no era un limousine. Además de esto había largos planos secuencias cámara en mano, y si bien es cierto que la Amira ha sido diseñada como un híbrido entre una camera de estilo ENG y una de 16mm pensada para documentales, no deja de pesar prácticamente el doble de la Mini (4,1 kg contra 2,3) y por mucho que esta diferencia pueda aparecer despreciable, os aseguro que no lo es al cabo de 8,9 o 12 horas.

Resumiendo es muy importante que como técnicos y siempre que se nos brinde la posibilidad, asesoremos la producción sobre cuáles son las mejores herramientas para desarrollar el trabajo, cuáles son prescindibles y cuáles a pesar de tener un precio nominal mas alto van a terminar abaratando los costes de producción y ofrecer un mejor resultado a nivel de acabado.

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